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¿Cómo amaneciste hoy?

Este proceso forma parte de la necesidad expresiva que acompaña mi vida desde siempre, se trata de un proceso aún inconcluso, no tengo idea aún de cuándo y cómo sentiré que este proyecto está listo y completo, sin embargo la aventura me resulta de una gran alegría, que se verá nutrida al mostrarla, al mostrártela. Te invito a hacer clic y conocer este interesante proceso creativo.

Cada día representa un nuevo comienzo y por tanto, una nueva oportunidad de pensar, sentir, experimentar, decidir, servir y amar, sin embargo muchas veces no nos damos cuenta de la actitud con la que empezamos la vida, las conexiones, el trabajo y la comunicación con el mundo y las personas que nos rodean.

Decidida a hacer consciente mi propia actitud y a llevar a cabo un proceso en el que pudiera sumar a personas al trabajo personal de reflexión e introspección de manera habitual, inicié un DIARIO VISUAL EN MODELADO.

ELECCIÓN DE MATERIAL

Elegir el material para trabajar representó la respuesta a las siguientes premisas:

Debía ser un material que se relacionara con algo nuevo, tal como es cada día.

Debía ser un material con color, por medio del que pudiera hacerse una conexión emocional inmediata

Debía ser un material que requiriera poca preparación y que pudiera estar accesible justo al despertar

Debía ser un material que no requiriera un almacenamiento particular

Debía ser un material de alto control, de acuerdo a la clasificación de Helen Landgarten

Debía ser un material por medio del que se trabaje la psicomotricidad gruesa de manera prioritaria, ya que se usaría justo al despertar

Debía ser un material flexible y estimulante para el tacto

La respuesta a estas premisas las cubrió el FOAMI MOLDEABLE, que puede ser adquirido en pequeñas porciones empacadas de manera individual y que permite la manipulación de una manera muy sencilla, no tiene olor, no es tóxico, no ensucia las manos ni las superficies que toca, seca rápido y tanto previo a ser usado, como después de ser moldeado, puede ser almacenado sin mayor complicación, no requiere refrigeración, oscuridad o cuidado específico.

INICIO DEL PROCESO INTUITIVO

Cada noche dejo sobre mi buró (mesa de noche) una pequeña bolsita con el material que utilizaré la mañana siguiente, justo al despertar. Por la mañana, abro la bolsita aún en la cama e inicio la manipulación del foami, esto refresca las palmas de mis manos, despierta el sentido del tacto y me invita a hacer consciencia sobre la fuerza de los músculos de mis dedos, la flexibilidad de mis huesos y la conexión con mis propios brazos mediante el movimiento.

Poco a poco, la forma va emergiendo sin ser pensada, imaginada o reflexionada, el movimiento es intuitivo y simplemente "dejo que surja lo que tenga que surgir", hasta sentir que el producto está terminado.

Muchas veces evito mirar lo que hago y me dejo llevar solamente por el tacto, acaricio la masa y escaneo mi cara, para darme cuenta si aprieto la boca, sonrío, me preocupo o de verdad me estoy dejando llevar por el manipuleo y la experiencia sensorial.

Al sentir que he terminado, coloco la figura sobre mi buró y la dejo secar mientras me dispongo a tomar un baño e iniciar mis actividades en la mañana, para después recolectar esta obra y unirla a las ya creadas, definiendo entonces su nombre propio y luego, el versículo y reflexión personal que asociaré a ella.


CONTINUACIÓN DEL PROCESO COGNITIVO Y VERBAL

Cada figura creada representa un día de mi vida, por eso tomo una a una con especial interés, la observo y la siento nuevamente con las manos, intentando que sea ella misma quien me diga su nombre, el sentido de su creación y acaso, un mensaje para mi consciencia. Cierro los ojos, la toco y la paso entre mis dedos, recordando el amancer de ese día. Las más de las veces recuerdo lo sucedido en el día, los eventos recientes, mis afectos más cercanos, así como los encuentros y desencuentros en mis relaciones interpersonales. Hago este recuento encomendando a Dios mi mente, mis emociones y mis manos, recordando que Él es el Creador del Universo y que fui hecha a su imagen y semejanza. Por eso, creo que la capacidad de modelar la vida que me fue dada, está implícita en mi ser y se expresa a través del movimiento de mis dedos en cada una de estas pequeñas figuras.

Una de las cosas que me alegra enormemente al ver los productos que muestro, es darme cuenta que prevalece en las creaciones mi vida personal, y que el material permitió que reflexionara con mi cuerpo sobre mis afectos, mucho más allá de lo que ocupa la mayor parte de mi tiempo, que es el trabajo.

El acto de nombrar cada figura es entonces un proceso kinestésico, sensorial, pero también simbólico y cognitivo, tomando en cuenta el Continuo de Terapias Expresivas.

Después del encuentro con "el nombre", viene una reflexión sobre los mensajes, los pensamientos y las ideas que vinieron a mi mente mientras surgía en la consciencia el nombre. Durante este primer mes de creación, hubo temas comunes a los días de creación: la maternidad, el ser mujer, el ser esposa, el servicio en la familia.

PROCESO EMOCIONAL

Las emociones están implícitas a lo largo de todo el proceso creativo y van desde la enorme alegría que siento cada vez que toco la masa, siento su temperatura siempre fresca, me invade el entusiasmo por crear y mis manos empiezan a jugar. Después, hay una profunda satisfacción que se va haciendo cotidiana a lo largo del mes de trabajo, es tan gratificante tener un conjunto de pequeñas obras propias, creaciones únicas que ponen en evidencia mi vida, mi movimiento, mi conexión con la existencia. Una dulce complicidad entre el material y yo, me ilusionan a continuar cada día con algo diferente y nuevo. Paso por las formas estereotipadas, para luego, a veces y solo a veces, sentir que hice algo diferente, algo verdaderamente nuevo.

Buscar los nombres de cada una de las figuras, me provoca una deliciosa y divertida sensación de curiosidad, quiero nombrarlas de manera que solamente yo sepa la razón para ese nombre y me vienen tantas posibilidades a la mente, que termino riendo a carcajadas conmigo misma, pasando verdaderos ratos de felicidad. Luego, ir en búsqueda de versículos bíblicos que se vinculen a las razones de cada nombre, poderosos y transformadores mensajes llenos de esperanza, de reflexión y de dulce consuelo, que me hace sentir agradecida, llena de esperanza y renovadamente feliz.

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